Cultura organizacional: qué es, importancia, cómo aplicarla y ejemplos
La cultura organizativa dicta cómo los empleados perciben una organización.
Su organización tiene su propia cultura, que puede describirse como el ambiente o la atmósfera que sienten las personas en su lugar de trabajo, y también está relacionada con su visión y sus objetivos.
Cuando la cultura está bien definida, la empresa adquiere una serie de ventajas competitivas, a partir de los valores arraigados en cada componente de sus equipos.
De este modo, existe una trayectoria coherente, que contribuye al crecimiento conjunto.
Si quiere definir, implantar o mejorar su cultura corporativa, siga leyendo este artículo.
¿Qué es la cultura organizacional?
La cultura organizativa se define como un recurso estratégico, formado por un conjunto de creencias, valores y normas que influyen en el clima de una empresa. Esta cultura corporativa es importante para las organizaciones porque guía y alinea el comportamiento de los empleados y la forma en que la empresa lleva a cabo sus actividades. En este sentido, es importante definir cómo se posiciona y se diferencia su empresa en el mercado.
Por ejemplo, una empresa de cosméticos que adopta una política de no experimentación en animales incluye esta práctica en su cultura organizativa. Incluso las normas más sencillas, como la existencia o no de un código de vestimenta, forman parte del conjunto de prácticas que constituyen la esencia de la empresa.
Un gran reto, en este sentido, es pasar de la teoría a la práctica. Los valores y comportamientos deseados se describen casi siempre en los planes de cultura organizativa, pero no siempre se aplican en el día a día.
Para utilizar la cultura organizativa como ventaja competitiva, es necesario entender cómo funciona, identificar los tipos de cultura presentes en la empresa y promover cambios para fortalecerla.
Los 4 tipos de cultura empresarial
Existen diferentes formatos para clasificar los tipos de cultura corporativa, considerando la perspectiva de la gestión de personas, la jerarquía y la estructura, entre otros.
Para simplificar este análisis, hemos tenido en cuenta la visión de uno de los pioneros en la materia, el investigador Charles Handy.
En 1976, Handy lanzó la obra «How to Understand Organisations» (Cómo entender las organizaciones), en la que define su división de estas entidades en cuatro tipos de cultura, en función de los canales de poder que poseen.
- Cultura del poder
Se caracteriza por la centralización del poder en manos del fundador o director general. Desde su visión interna, el líder mueve todos los departamentos de la empresa.
- Cultura de los roles
Como su nombre indica, hace referencia a una cultura basada en la burocracia, en la que prevalecen las normas rígidas y los procesos que valoran la racionalidad.
- Cultura de la tarea
Corresponde a una cultura más flexible, centrada en los proyectos y los resultados y que admite la influencia de los equipos responsables del trabajo. Puede referirse a entornos horizontales, en los que no hay jerarquía, e incluso a estructuras innovadoras como el modelo de negocio de las start-ups.
- Cultura de la persona
El capital humano es lo primero, priorizando el bienestar y el desarrollo del talento de los empleados, considerado esencial para el éxito de la empresa. Los beneficios, los planes de carrera y los incentivos al estudio son algunas de las características de las empresas que adoptan este tipo de cultura.
¿Cómo se crea la cultura de una organización?
La cultura organizativa de una empresa puede analizarse a partir de puntos esenciales comunes. En general, la cultura nace de los principios, creencias y valores de los fundadores y principales líderes de la empresa. Así, la premisa de predicar con el ejemplo se lleva al máximo nivel cuando el tema es la cultura corporativa.
Además de los directivos en puestos superiores, hay otros 5 elementos que influyen en la formación de la cultura organizativa:
Comunidad: influye en la cultura de la empresa al interactuar, proporcionar y adquirir los recursos económicos necesarios para su funcionamiento.
Cliente: puede modificar la cultura a partir de sus expectativas en cuanto a la calidad de los productos/servicios y el servicio.
Tamaño de la organización: repercute en la cultura sobre la delegación de poder y responsabilidades.
Naturaleza jurídica del propietario: que la empresa sea pública o privada determina los niveles de corporativismo y la exigencia de eficiencia.
Aspectos tecnológicos: representan la materialización de algunos valores en cuanto a calidad, empleabilidad, tamaño de las actividades, etc.
Red de comunicación informal: se denomina así a la comunicación cotidiana, generalmente realizada por los trabajadores en ausencia de los directivos.
Estas características se evalúan en función de la realidad de cada empresa. Por lo tanto, no tiene sentido crear una cultura organizativa que no se identifique con las características identificables dentro de la empresa. Este es un punto esencial: la cultura corporativa es el espejo de la empresa.
¿Cuál es la importancia de una cultura organizativa?
La cultura organizativa es el reflejo de los valores que posee la organización, orientando los caminos a seguir y preparando a la empresa para el futuro.
Otro punto importante es el desarrollo de los recursos humanos. Al ser una alineación moral y ética, la cultura demuestra a los empleados cuáles son las expectativas de la empresa y cómo debe actuar.
El resultado es un entorno más saludable que fomenta la productividad, ya que los empleados dejan de preocuparse por cuestiones externas y empiezan a dedicar sus acciones a las tareas que deben desarrollar.
Atracción y retención de talentos: Una cultura sólida repercute en la atracción de talentos potenciales, disminuyendo los esfuerzos de retención si los profesionales son contratados eficazmente.
Autogestión: Los equipos con una cultura organizativa positiva y fuerte son más autónomos. Los directivos no necesitan repetir hasta la saciedad las normas implícitas, ya que todo el mundo las ha incorporado y las sigue.
Simplificación del proceso: Cuando todo el mundo encarna la cultura organizativa, los procesos de la empresa se agilizan, ya que todo el mundo sabe cómo actuar y hace su parte.
Mejor clima organizacional: Una cultura organizacional sana y bien estructurada hace que el ambiente de trabajo sea mejor en muchos sentidos. Además de aumentar la productividad de los empleados, evita problemas de convivencia y gestión, entre otros.
La satisfacción del cliente: La mayoría de los clientes entienden cuándo las cosas funcionan bien y cuándo no. Con la cultura organizativa, todos aprenden a gestionar y a relacionarse mejor. Naturalmente, cuando nos gusta la relación con una empresa, queremos volver a hacer negocios con ella.
Cultura empresarial: cómo implantarla en 5 pasos
Si ha llegado a este punto, probablemente se esté replanteando su cultura corporativa y los impactos que tiene en la empresa.
Obsérvese que incluso en las organizaciones que nunca han desarrollado este tema, existe una cultura válida en el día a día, pero puede ser débil, desigual y descentralizada.
Esto significa, por ejemplo, que los diferentes departamentos han construido sus propias costumbres y posiblemente los clientes perciben que hay una interrupción en las interacciones con la empresa. También puede repercutir en una insatisfacción generalizada de los empleados, ya que los malos hábitos acaban siendo tolerados debido a la ausencia de un liderazgo fuerte.
Independientemente del escenario que haya desencadenado el deseo de cambiar e implantar una cultura sólida, sepa que la transformación es posible siempre que los líderes estén dispuestos a adaptar los componentes de la cultura corporativa.
Consulte estos cinco pasos para implantar una cultura organizativa adaptada a su empresa.
- Defina los valores de su empresa
¿Cuáles son los valores que quiere tomar como base en su empresa?
Si quiere una mayor calidad en las relaciones, los productos y los servicios, elija la profesionalidad. Si valoras una conducta recta, elige la ética como valor.
Haga este ejercicio y señale los elementos clave que la empresa debería institucionalizar.
A continuación, reúnase con un equipo estratégico que será el portador de estos valores, asumiendo la responsabilidad de compartirlos con los demás empleados. Si su empresa es más pequeña, invite a todos a esta reunión.
- Comparta sus valores
Los valores de la cultura son la base de la relación entre su empresa y el mundo. Por ello, merecen un lugar destacado en todas las reuniones, eventos, presentaciones y materiales utilizados para la comunicación de la empresa, ya sea a nivel interno o externo.
Es la forma de que los colaboradores y clientes entiendan, comprendan y comiencen a relacionar los valores con la empresa, actuando de acuerdo con estas premisas. Esto se puede hacer con acciones de gestión de personas, uniendo herramientas de comunicación, formación, eventos, feedbacks, entre otras estrategias.
- Invertir en las personas
Una práctica para difundir la cultura organizativa de la empresa es invertir en las personas. Al fin y al cabo, son los que están presentes en el día a día de la empresa. Por lo tanto, la cultura debe ser accesible para todos, independientemente de su posición o área.
La actuación de la dirección también desempeña un papel estratégico. Es necesario recordar que los líderes de la empresa, tiene la misión de difundir los valores de la organización, motivar a los empleados, ofrecer retroalimentación, entre otras tareas que contribuyen a fortalecer la cultura organizacional entre los miembros del equipo.
- Desarrollar una cultura de la comunicación
La comunicación será esencial en este proceso y puede aplicarse en empresas de distintos tamaños, sólo hay que adaptar la estrategia al tamaño y perfil de la empresa. El uso de pancartas o mensajes internos son estrategias sencillas, pero se convierten en algo positivo para transmitir la misión y los valores de la empresa. El uso de revistas, blogs, vídeos, chats internos y otros canales son también estrategias muy utilizadas para lograr estos objetivos.
Además, al desarrollar una cultura de la comunicación, la empresa facilita el intercambio de información y retroalimentación entre empleados y directivos, contribuyendo al ambiente corporativo y al clima de la organización.
- Mejorar la cultura
Tan importante como conocer a sus clientes, es conocer a sus empleados. Así que no olvide controlar su percepción de la empresa de la misma manera que controla la satisfacción del cliente.
La mayoría de las veces, las encuestas periódicas, combinadas con almuerzos o cafés con los empleados, son suficientes para recabar opiniones.
Siempre que identifique tendencias negativas, pregunte qué puede mejorarse y designe a una o varias personas responsables de tomar medidas.
Ejemplos de una cultura organizativa sólida
Para comprender, en términos prácticos, la importancia de la cultura organizativa, abordaremos a continuación algunos casos de éxito de renombre.
Google se utiliza constantemente como referencia para la gestión de personas en diversas startups y eventos de emprendimiento.
Los empleados de Google, que han recibido el cariñoso apodo de Googlers, trabajan en un ambiente informal y divertido, que contrasta con la mayoría de las oficinas, de arquitectura impersonal.
Así, una de las características más llamativas de la empresa es pensar en el bienestar del trabajador. En este sentido, se ofrecen comidas gratuitas, fiestas, viajes y premios, además de una serie de beneficios para los empleados. Todos ganan: los empleados, porque obtienen más ventajas y más calidad de vida, y la empresa, porque tiene profesionales más productivos, lo que mejora los resultados de la organización.
La red social es la mayor del planeta y la influencia de la cultura organizativa de la empresa se señala constantemente como una de las principales causas del éxito empresarial.
El énfasis en el trabajo en equipo y la comunicación abierta ha favorecido la innovación y el crecimiento sostenible de la organización. Como estrategia, los líderes dialogan con los empleados de forma más horizontal, dejando de lado el método descendente, lo que contribuye a un mayor entendimiento entre ambas partes.
Starbucks
Starbucks es una empresa multinacional norteamericana, con la mayor cadena de cafeterías del mundo. Su cultura organizativa forma parte de este logro. Se sustenta en dos pilares: la sostenibilidad y el bienestar de la comunidad.
Esta cultura está tan arraigada que algunas franquicias suelen hacer descuentos a los clientes que reutilizan su taza de café. Además, los comercios tienen la costumbre de promover acciones que alerten y estimulen la conciencia medioambiental de sus empleados y clientes.
Apple
Apple es una de las empresas tecnológicas más exitosas de todos los tiempos. A lo largo de los años, la empresa ha creado una sólida cultura organizativa, en la que se hace hincapié en la creatividad y la autonomía de los empleados en el desarrollo de sus actividades. Con esta premisa, se ha aumentado la libertad de los profesionales para desarrollar su trabajo, lo que ha generado soluciones más creativas e innovadoras para la empresa.
Netflix
En 2009, uno de los fundadores de la organización redactó un manifiesto en el que destaca los fundamentos de la cultura organizativa de la empresa.
Esa cultura se titulaba «Cultura Netflix: libertad y responsabilidad». Como su nombre indica, se basa en los principios de libertad para los empleados, siempre que se respeten sus debidas responsabilidades con la empresa.
Además, el documento defiende el papel de mantener conductas y procesos flexibles como solución para evitar gastos innecesarios generados por un sistema de control amplio.
Esperamos que este artículo haya aclarado sus principales dudas. Siga nuestro blog para estar al día de todos nuestros consejos y noticias.
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