Transición, transformación y aceleración digital
¡Ha llegado el momento! Tenemos que ponernos manos a la obra y empezar a trabajar en la recuperación de nuestras empresas. Tenemos que empezar a abordar los retos que tenemos por delante, utilizando como base el conocimiento consolidado del impacto de la pandemia en las organizaciones.
No cabe duda de que hay que ACTUAR y la digitalización está en el centro de la agenda de la recuperación económica. Para ello, primero es necesario evaluar el estado de las organizaciones, para entender si la madurez digital es adecuada para la implementación de:
- Transición digital – El inicio de la digitalización de las organizaciones. A ello se asocia la creación de la presencia online (página web, redes sociales) y la digitalización de algunos procesos.
- Transformación digital – La implantación de plataformas que sitúan el negocio basado o altamente complementado en lo online. Colocación de herramientas en la nube para apoyar la toma de decisiones y la desmaterialización (procesos totales o casi totales).
- Aceleración digital – Utilización de lo digital para ampliar el negocio a otros sectores o mercados.
Este orden de digitalización, discutible, sólo sirve para que las empresas sean conscientes de que existen varios estados de madurez y que es necesario valorar qué procesos, soluciones o mecanismos hay que implantar, para avanzar en las distintas fases, para llevar a las empresas a un nuevo nivel de evolución digital.
Para ello, es necesario actuar. Acción para mirar lo digital o lo online de una manera diferente. Pensar el negocio para dar una respuesta basada en la tecnología, reforzada por la participación activa de los empresarios/emprendedores en la implantación de soluciones de base digital. No es necesario transformar el producto, pero sí el negocio.
Buscar y apuntarse a los marketplaces, implementar las nuevas tendencias (BigData, inteligencia artificial, Business Intelligence, soluciones Cloud, IoT) e incluirlas en los modelos existentes. Reforzar la innovación y la comunicación. Todo esto es esencial para poder reestructurar los modelos y relanzar las empresas, basándose en nuevas habilidades y competencias, para asegurar lo fundamental: el crecimiento y la continuidad del negocio.